Con motivo del 125 cumpleaños, Coca-Cola España organizó una velada exclusiva en su sede central de Madrid, donde los invitados se encontraron una gigantesca botella de 9 m de altura delante de la fachada de cristal del edificio.
Dentro de la botella cada invitado introdujo un globo personal y una vez llena la botella, una bailarina que bailaba sobre el acristalamiento la destapó liberando todos los globos como si fueran burbujas.